Si hay algo que el sector farmacéutico sabe hacer como ningún otro es el de adaptarse de manera inmediata a las necesidades de sus pacientes, y la presencia de la Covid-19 en las farmacias no ha hecho otra cosa que demostrarlo. Cambio de rutinas para los trabajadores, otra forma de atender a los pacientes, explosión de ventas de ciertos productos y bajada de otros, son sólo algunas de las adaptaciones que se han tenido que hacer.
Mientras que la primera semana tras la irrupción de la Covid-19 en las farmacias fue un poco caos, se demostró la rápida reacción que es capaz de dar el sector de los profesionales de la farmacia: rápidamente se adoptaron medidas de protección para el equipo de trabajadores/as y para los pacientes, suspender ciertos servicios, evitar el contacto directo o adaptar la oficina de farmacia a las nuevas necesidades, como el espacio entre personas y la limitación de aforo.
Precaución y protección del Covid-19 en las farmacias
Como siempre, lo más importante es la seguridad y la salud tanto de trabajadores como de los pacientes. En plena cuarentena, las farmacias dispusieron un horario preferente para la atención a embarazadas, mayores de 60 años y grupos de riesgo. Igualmente se les pidió a las personas que pudieran presentar síntomas de tener la enfermedad que evitaran acudir a ninguna farmacia, impidiendo así que se crearan más contagios.
Fue aquí cuando hubo que empezar a desarrollar ese nuevo sistema de atención al público: mantener al menos metro y medio de distancia con las demás personas, recordar el uso de mascarilla en el interior y el lavado de manos con gel hidroalcohólico.
Además, también se empezó a transformar el espacio de la farmacia, ya que para que el personal esté notablemente más seguro a la hora de trabajar, muchas farmacias han optado por la instalación de mamparas y la reducción de mostradores habilitados.
Medidas por el Covid-19 en las farmacias
Las primeras medidas que se han tomado, al igual que en muchos otros sitios, son la implementación de protocolos de limpieza. Así, se llevan a cabo a medio día y por la noche, desinfectando todo de forma exhaustiva: teclados, mesas, ratones, cajones, máquinas, datáfonos, etc. Al igual que cada vez que un paciente entre y toque o utilice algo y las zonas habilitadas para su atención.
Por supuesto, las mascarillas o pantallas protectoras se han incorporado a la vida cotidiana, se mantiene en todo momento la distancia de seguridad con los pacientes y entre los compañeros, y cada trabajador tiene asignado su puesto de trabajo o mostrador en el que debe trabajar exclusivamente. Los teléfonos se utilizan en manos libres para evitar contactos y se trabaja por turnos para no coincidir con los diferentes trabajadores.
Pero no sólo ha cambiado la manera de relacionarse con los pacientes, también ha afectado a la rutina de los delegados de los laboratorios. Con la amenaza del covid-19 en las farmacias, se ha comenzado a realizar los pedidos a través del teléfono o email salvo ocasiones excepcionales.
¿Cómo ha afectado a las ventas?
Aunque, lo cierto es que las ventas sufrieron cierto repunte los días antes de la publicación del Decreto de Estado de Alarma por el acopio de la gente de mascarillas, geles y productos relacionados, las ventas no tardaron en caer en picado. Se calcula, por ejemplo, que en los días equivalentes a la Semana Santa, las ventas sufrieron un descenso de más de un 30% con respecto a la misma semana del año 2019.
El miedo a salir a la calle, el cambio de vivienda de muchos mayores para irse a vivir con familiares o el acopio hecho los días anteriores, son algunas de las causas que pueden explicar la caída de ventas incluso en medicamentos con prescripción médica, ya que se ha primado la atención telefónica, haciendo que se receten o se recojan menos medicamentos.
Lo que sí que ha experimentado una subida espectacular ha sido la venta online. Según un estudio publicado en el diario económico Expansión, aunque la subida de ventas no ha sido tan alta como la de los grandes grupos de distribución, sí que es cierto que la venta de los establecimientos ha aumentado en casi un 30%. Además del evidente crecimiento de la venta de mascarillas y geles, los productos que han experimentado más subida son los relacionados con la belleza de mujer y unisex, los productos dedicados al cuidado capilar y los suplementos alimenticios.
Según un estudio publicado por la compañía de mercados Ipsos, indica que es un tipo de consumo que ha llegado para quedarse y está cambiando los valores y hábitos de comportamiento y consumo. El nuevo consumidor post-Covid19 estará más digitalizado, priorizará el ahorro y la compra de productos de higiene personal y limpieza del hogar.